Compendio para una aproximación al conocimiento
del militar republicano,
Jefe del XIX Cuerpo de Ejército de Levante en Torrebaja
durante la Guerra Civil (1936-39).
durante la Guerra Civil (1936-39).
“¿Cuántas muertes más serán necesarias
para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas?”.
para darnos cuenta de que ya han sido demasiadas?”.
Bob Dylan (Duluth-Minnesota, 1941)
cantautor estadounidense.
cantautor estadounidense.
Palabras previas.
Uno de los personajes más importantes y desconocidos de los que pasaron
o estuvieron en Torrebaja (Valencia) durante la Guerra Civil (1936-39)
es el Coronel don Joaquín Vidal Munárriz (Pamplona, ¿?-Bilbao,
1939), comandante del XIX Cuerpo del Ejército republicano de Levante,
que ejerció como tal desde el 15 de noviembre de 1937 hasta el 28 de
marzo de 1939. Fue fusilado en Bilbao, víctima de la represión
franquista, el 4 de agosto de 1939.[1]
Para
comprender en toda su magnitud lo que fue y significó la Guerra Civil
española –vista ésta con la perspectiva histórica que nos permiten las
siete décadas transcurridas desde entonces- conviene saber que aquella
no fue una lucha entre buenos y malos, entre derechas e izquierdas,
tampoco una disputa armada entre democracia y fascismo; la guerra fue
esencialmente una lucha fratricida planteada entre una o varias
revoluciones y una contrarrevolución, en la que ganó la contra. El
origen de la guerra hay que buscarlo en la propia República y en sus
gobernantes, que no supieron o no pudieron encauzar un sistema
democrático para la convivencia pacífica de los españoles. Stricto sensu,
las causas no estuvieron en los problemas que se plantearon -sociales,
económicos, políticos, religiosos...-, sino en la forma inadecuada de
enfrentarlos y resolverlos... En mi opinión, quien pretenda entender la
guerra –la previa República y la Dictadura posterior- desde una óptica
estrictamente política o se posicione ideológicamente a priori, está
condenado de antemano a tener una visión incompleta, parcial y sesgada
de la realidad histórica. Con todo, siempre debemos tener en cuenta que
-como se ha dicho- "en una guerra, la primera víctima es la verdad..."
(Hiram Johnson, 1918).
De izquierda a derecha: Tatxo Amilia, José A. Aguirre Lecube (Presidente del Gobierno de Euzkadi) y Joaquín Vidal Munárriz [Tomada de : http://www.euskomedia.org/aunamendi/142305]. |
El presente trabajo tiene por objeto compilar la información obtenida
acerca del militar navarro, con el propósito de registrar su paso por
nuestra localidad, dejando el texto abierto a nuevas aportaciones que
puedan surgir en el futuro. Lo ideal hubiera sido conseguir el
testimonio de personas que le conocieron en Torrebaja, para componer una
reseña de su persona; pero todos los que le frecuentaron e intimaron
con él han desaparecido. Sólo algunos de los vecinos consultados han
oído hablar del militar... Entre los lugareños que más le trataron
estaba don Nicolás Tortajada Blasco (1879-1961), barbero-practicante, fallecido hace muchos años. A través de la también fallecida señora Manuela Tortajada Fortea (1914-2005), hija del mencionado don Nicolás, supe que el militar estaba casado con doña Carmen,
a la que calificaba de “persona muy religiosa y de misa diaria”, y que
el matrimonio, que no tenía hijos, durante su estancia en Torrebaja
residió en una casa de la carretera, propiedad de Francisca Vicente Casino -donde actualmente se halla la farmacia de la localidad, que regenta el Ldo. Villanueva Hernández-.
Breve reseña biográfica del personaje.
La información obtenida procede en gran parte de distintas fuentes de
internet, la cual paso a exponer y comentar (la estructura del texto,
así como la cursiva y negrita es mía):
- <En 1910, siendo Teniente y profesor de la Academia de Infanteria de Toledo, publicó Ultimas glorias de la Marina española. Al estallar la rebelión militar de julio de 1936 era Teniente Coronel Jefe del Regimiento de Garellano en Bilbao, manteniéndose fiel a la República. Mandó una de las primeras columnas que marcharon hacia Vitoria; interviene en noviembre en la ofensiva de Legutiano. En febrero de 1937 es nombrado jefe del Frente de Guipúzcoa y poco después se le asigna el mando de la 2ª División del Ejército de Euzkadi.// En vísperas de la caída de Bilbao fue sustituido por [Nino] Nanetti. Ostentó durante unas semanas la jefatura del Cuerpo de Ejército. Cercana la caída de Santander, Vidal Munárriz fue puesto al mando de la defensa costera y, posteriormente, de los servicios de retaguardia y transportes. Afiliado al Partido Comunista. Tras el derrumbamiento del frente del Norte, mandó el XIX Cuerpo del Ejército de Levante>.[2]
Según vemos, don Joaquín Vidal Munárriz, siendo Teniente y profesor en la Academia de Infantería de Toledo, escribió y publicó un libro “Ultimas glorias de la Marina española” (Toledo, 1910).[3]
Veintiséis años después, en el momento del levantamiento militar
derechista de julio de 1936, ya era Teniente Coronel, Jefe del
Regimiento Garellano en Bilbao, y se mantuvo fiel al Gobierno de la
República. Según Canales Serrano (2010), la secuencia de los hechos fue
la siguiente:
- <El pronunciamiento que había de dar inicio a la guerra civil fracasó en Bilbao al mantenerse fieles a la República los principales jefes de los cuerpos armados de la ciudad: el Teniente Coronel Joaquín Vidal Munárriz, al frente del batallón de la Montaña n.6 (Garellano), el teniente coronel Colina, jefe de la Guardia Civil, y el comandante Aizpuru, jefe de la Guardia de Asalto. De hecho, en Bilbao el pronunciamiento fue abortado antes de producirse>.[4]
- <Según el relato recogido por la Causa General, el jefe del movimiento en Vizcaya había de ser el comandante de artillería retirado Alejandro Velarde González. Éste contaba con la opinión favorable al golpe de la oficialidad del Batallón de la Montaña [...], también conocido como de Batallón de Garellano. En el interior del Batallón dirigía la conspiración el capitán de infantería Juan Ramos Mosqueda. Al no contar con los oficiales de mayor graduación ni con la Guardia Civil, toda la conspiración se centró en la sublevación del Cuartel de Basurto. Esta concentración facilitó sin duda la actuación de las autoridades fieles al gobierno. Ya la noche del 17 de julio se personó en el cuartel el jefe de la guardia municipal de Bilbao con la orden del gobernador civil de retirar 130 fusiles. La actitud golpista de la oficialidad quedaba ilustrada por la resistencia pasiva que ofreció a esta entrega; pero la lealtad a las autoridades republicanas del Teniente Coronel Vidal [Munárriz] estaba fuera de duda. Incluso el informe relata que, ante la resistencia dilatoria de la oficialidad, el propio Vidal rompió los cristales de la vitrina donde se guardaban los fusiles con su bastón de mando>.[5]
- <Durante el día 18, “el ambiente en el cuartel era de nerviosismo e intranquilidad. Los comprometidos vigilaban al Teniente Coronel Vidal y éste vigilaba a sus subordinados y daba noticias al Gobernador Civil”. Finalmente, la noche del 18 al 19 Vidal hizo detener a los cabecillas de la conspiración. Mientras tanto, el Gobernador Militar, coronel Piñerúa, se negaba a obedecer las órdenes de Pamplona que le instaban a declarar el Estado de Guerra y convocaba una reunión de los principales mandos militares. El Teniente Coronel Colina, jefe de la Guardia Civil, amenazó con atacar el Cuartel de Basurto con sus 800 guardias si el Batallón de Garellano se sublevaba. A esta intención se sumó el jefe de la Guardia de Asalto y el de Carabineros. Así, pues, en la noche del 18 al 19 de julio el Alzamiento en Vizcaya quedaba sentenciado>.[6]
Actuación en el Frente del Norte.
Pocos
días después del comienzo de la guerra -el 20 de julio de 1936- vemos
al Tte. Coronel Vidal Munárriz dirigiendo una columna que salió de
Bilbao en dirección a Vitoria; dicha columna fue desorganizada por un
bombardeo aéreo ocurrido el día 22 de julio, razón por la que permaneció
a la defensiva frente Villarreal de Álava.[7] En noviembre, interviene en la ofensiva de Legutiano.
Existe
una Orden del Gobierno Vasco de la II República, por la que se asciende
al empleo inmediato superior al Tte. Coronel de Infantería, don Joaquín Vidal Munárriz, que dice:
- “Su Excelencia el Presidente del Gobierno de Euz-/ kadi y Consejero de Defensa,/A propuesta del general en jefe de los Ejércitos/ del Norte, y en conformidad con el Decreto del Go-/ bierno de la República de 20 de octubre último (DIA-/ RIO OFICIAL número 215) y el de 13 del mismo/ mes (DIARIO OFICIAL número 210), ambos del Mi-/ nisterio de la Guerra, y haciendo uso de las faculta-/ des que me confiere el artículo 10 del Estatuto de/ Autonomía, vengo en ascender al empleo de coronel/ al teniente coronel de Infantería don Joaquín Vidal/ Munárriz, con antigüedad de 19 de julio último y/ efectos administrativos a partir de 1.° del mes de/ octubre, fecha que le corresponde con arreglo a las/ mencionadas disposiciones, continuando en comisión/ en su anterior destino de jefe del Batallón Garellano/ número 6./ Bilbao, a 27 de noviembre de 1936./ El Consejero de Defensa./ JOSE A. DE AGUIRRE”.[8]
Recorte del Diario Oficial del País Vasco, por el que se nombra Coronel al Tte. Coronel don Joaquín Vidal Munárriz (27 de noviembre de 1936). |
Aunque parece que no participó en el ataque sobre Villarreal de Álava, a
comienzos de diciembre de 1936, el Coronel Vidal Munárriz sustituyó a
Cueto en los últimos momentos de la batalla.[9]
A principios del año siguiente (1937) le hallamos al mando del Frente
de Guipúzcoa -sectores de Lequeitio, Marquina, Éibar, Elgueta y
Elorrio-. A finales de marzo cambió la denominación de las unidades,
pasando a mandar la 2ª División vasca, cargo que ocupó desde el 31 de
marzo hasta el 19 de junio de ese mismo año, participando en la campaña
de Vizcaya, donde tuvo una destacada actuación. Tras la caída de Bilbao
-19 de junio- fue sustituido por Nino Nanetti: Vidal Munárriz pasó
entonces a mandar los servicios de retaguardia y transporte.[10]
Antes
de concluir el mes de junio, ya en tierras cántabras, el Coronel Vidal
fue nombrado Comandante del I Cuerpo de Ejército de Euzkadi, cargo que
desempeñó durante un corto período -desde el 19 de junio hasta el 20 de
julio de 1937- siendo sustituido por el Coronel Adolfo Prada Vaquero.
Todavía en el Frente del Norte, durante la ofensiva sobre Santander,
ocupó otros cargos, actuando en la defensa de costas y de la capital
santanderina.[11]
Actuación en la Zona del Centro:
Destinado a la zona Centro, el 15 de noviembre de 1937 fue nombrado
Jefe del XIX Cuerpo de Ejército en Levante, siendo dicho nombramiento el
que le vincula con el frente de Teruel y su estancia en Torrebaja
(Valencia), donde se dispuso el Mando de este Cuerpo de Ejército. Por
estas fechas ya estaban avanzados los preparativos en el ejército
republicano para su ofensiva sobre Teruel. Las fuerzas meridionales para
su intervención en la batalla de Teruel estaban acantonadas en el
Rincón de Ademuz y otros pueblos del entorno. Sin embargo, el Coronel
Vidal Munárriz no intervino en la toma de la capital, por haber quedado
defendiendo la comarca al oeste de la capital.
Respecto a la batalla de Teruel, conviene saber lo que sigue (Martínez Bande, 1990):
- <El frente sur de Teruel y toda la zona del Rincón de Ademuz estuvieron prácticamente inactivos hasta noviembre de 1937, con las características de un frente de escasa actividad (pasivo). Sin entrar en el detalle de las consideraciones estratégicas, puede decirse que las divisiones elegidas por el mando del ejército frente popular para la toma de Teruel quedaron establecidas en tres grandes masas de maniobra y una de reserva: Columna de la derecha (Norte), Columna del Centro, Columna de la Izquierda (Sur) y otra de Reserva. La que afectaba nuestra zona fue la ubicada al sur y estaba formada por el XVIII Cuerpo de Ejército. Contaba éste con las Divisiones 34 y 64, un batallón de carros (T-26), cuatro grupos de artillería y otros cuatro “batallones de Fortificación”. Las fuerzas de Reserva de dicha columna, escalonadas hacia el oeste, eran la 70 y 47. El referido Ejército de Levante (Cuerpo de Ejército XIII y XIX) se consideraba una fuerza local (frente pasivo), y sus jefes –Comandante Balibrea y Coronel Vidal Munárriz-, junto con los de las citadas Divisiones de Reserva (70 y 47) quedaron directamente subordinados al Mando supremo del conjunto, para las contingencias que surgiesen>.[12]
- <Para los efectos de la maniobra táctica de concentración, las fuerzas [del XVIII Cuerpo] de la División 34 se hallaban repartidas en tres pueblos del Rincón de Ademuz (Ademuz, Castielfabib y Torrebaja), mientras que las de la División 64 se ubicaron en Alobras y Tormón (Teruel). A la luz de lo expuesto, merece la pena reflexionar al respecto, para imaginar por un momento la distribución de gente armada que supuso la concentración de aquella gran unidad militar en nuestros pueblos, pues entre los tres citados sumaban unos nueve mil soldados. A principios de diciembre ya se conocía el volumen probable de los efectivos que deberían tomar parte en la operación. En total se establecieron unos 77.000 hombres, de los que 15.000 correspondían a la citada Columna de la Izquierda (Sur). Los vehículos a motor dispuestos para la operación reunían unos 3.230, una cantidad considerable para el ejército frente popular, a los que cabía añadir unas 2.350 caballerías>.[13]
- <Respecto a la enorme cifra de vehículos dispuestos para la operación, cabe apuntar que los vecinos de Torrebaja recuerdan la ingente cantidad de camiones y coches de todo tipo reunidos en la zona, hasta el punto de formar una larga hilera desde la misma localidad hasta el puente del Ebrón en Los Santos (Castielfabib). Asimismo referente a las caballerías, que se requisaron en gran numero entre los labradores de la comarca. Semejante trasiego de gente, animales y vehículos, no podía pasar desapercibida al mando nacional en Teruel, que recogió dicha información merced a ciertos “pasados” al otro bando. Por dicha razón, enviaron dos espías a Torrebaja, para confirmar la noticia en el mismo cuartel general enemigo. Y volvieron con la confidencia de un ataque inminente de gran envergadura, para el que se contaba con unos cincuenta mil hombres>.[14]
- <Tocante a la estructura militar, mandos y carácter político de los ejércitos, sabemos que el XVIII Cuerpo de Ejército se hallaba a las órdenes del teniente coronel Fernández Heredia. Sus Divisiones (34 y 64) estaban mandadas por el mayor Etelvino Vega y Martínez Cartón respectivamente, ambos comunistas. La primera División (34) pertenecía al XVIII Cuerpo y la segunda (64) al XIX, del Ejército de Levante. Resta decir, referente a las zonas de concentración, que la División 70 (Reserva) se distribuyó entre Tramacastiel y Libros (Teruel). La orden para el comienzo de la operación, la denominada “toma de Teruel” fue dada desde Barracas, donde se ubicaba el cuartel general del coronel Hernández Saravia, quedando establecida para las 7:00 horas del día 15 de diciembre de 1937. Los otros puestos de mando quedaron fijados en Jérica-Barracas (Mando conjunto), Mora de Rubielos (XIII Cuerpo de Ejército), Corbalán (XXII), Cubla (XX), Torrebaja (XIX) y Tormón (XVIII). El mando de la aviación se situó en Jérica y el de la D.E.C.A. en Barracas>.[15]
Al Coronel Vidal Munárriz el final de la guerra le sobrevino en su
puesto de mando en Torrebaja, como Comandante del XIX Cuerpo de Ejército
republicano de Levante, sin que interviniera en ninguna otra acción de
guerra digna de nombrarse. Obtuvo la Medalla al Valor, mención que le
fue otorgada el 26 de junio de 1938. Finalmente, apoyó la sublevación
del Coronel Casado contra el Gobierno de Negrín.[16]
Por
el contrario de lo sucedido con los mandos políticos y civiles, los
militares fueron casi en su totalidad detenidos por los nacionales,
encarcelados, juzgados y muchos de ellos ajusticiados, cual fue el caso
del Coronel Joaquín Vidal Munárriz:
- <El 12 de julio de 1939 fue juzgado en Bilbao […] el que había sido jefe de los cuarteles de Garellano y que abortó el golpe de Estado en la capital vizcaína. El instructor le acusó de haber considerado legítimo el Gobierno del Frente Popular, de haber ejercido de testigo de cargo en el juicio que la República organizó contra los militares golpistas, de haber evacuado a Burdeos a la llegada de los tropas franquistas y de haber seguido en su puesto tanto en Cataluña como en Levante. No hubo, como era habitual, cargos de “rebelión”, sino de “traición” y el fiscal pidió la pena de muerte, previa degradación. Vidal Munárriz fue ejecutado el 4 de agosto de 1939. […], el juez instructor envió un telegrama “urgentísimo” a Carlos Quintana, coronel en Burgos en la Caja de Reclutas, por si deseaba asistir a la ejecución>.[17]
Testimonios y notas de prensa.
Dice el testimonio de la vecina Trinidad Martínez Arnalte (Torrebaja, 1941): “Según contaba el tío Avelino -se refiere al señor Avelino Esparza Gómez
(1906-84), que fue Guardia Civil durante la guerra y también alcalde de
Torrebaja (1956-70)-, al jefe militar que hubo aquí (en Torrebaja)
durante la guerra lo fusilaron, y no le valió ni la influencia de su
hermano, que era un pez gordo de los de Franco...”. La misma fuente dice
que "hubo un vecino de Torrebaja ya fallecido -cuyo nombre prefiere
ocultar- que estando en el frente desertó y regresó a su casa. La pena
por deserción era muy grave, pero parece que intervino el Comandante en
Jefe de las fuerzas en Torrebaja -se refiere al Coronel Vidal Munárriz-
y no le pasó nada... Ya después de la guerra, pidieron avales a favor
del Comandante, pero aquel vecino al que probablemente salvó la vida se
negó a firmar en su favor...". Cuando la informante me refirió este
detalle lo tomé como simple anécdota o historieta de la guerra, pues
carecía de datos en que fundamentar el hecho. Sin embargo, recientemente
encontré una noticia en el Diario Vasco de San Sebastián, relativa al Desfile de la Victoria en Donostia (1954), cuyos dos primeros párrafos dicen:
- <Este año el llamado Desfile de la Victoria se celebró el día 1 de abril, aunque otros años también tuvo lugar en distintas fechas. Apenas amanecido la avenida del Generalísimo, hoy de la Zurriola, era ocupada por los vehículos del Cuerpo de Artillería en tanto que la infantería se situaba en la Alameda de Calvo Sotelo, hoy del Boulevard.// La Misa de campaña comenzó a las 11.30, estando colocado el altar en el kiosco de la música, presidida por el obispo de la diócesis, Jaime Font Andreu, y los gobernadores civil y militar, Tomás Garicano Goñi y Enrique Vidal Munarriz, respectivamente>.[18]
El Coronel don Enrique Vidal Munárriz -presuntamente hermano de Joaquín- en una comida ofrecida por Franco a sus compañeros de promoción en el Palacio de Oriente (Madrid, 1943). |
La mención al tal Enrique Vidal Munárriz
como Gobernador militar de la zona me hizo recapacitar, pensando que la
noticia de mi informante tal vez fuera algo más que una anécdota; y que
éste, el “pez gordo de los de Franco” al que se aludía arriba, cuya
influencia no bastó para salvar del fusilamiento al Coronel Vidal
Munárriz, tal vez fuera su hermano Enrique, dirigente franquista y
Coronel de Infantería, además de compañero de promoción de Franco.[19]
Palabras finales.
El coronel don Joaquín Vidal Munárriz
personifica al militar español que intervino activamente en la Guerra
Civil española (1936-39) a favor de la II República, a la que se mantuvo
leal en el momento de la sublevación militar derechista de julio de
1936; fidelidad que le costó la vida...
Siendo Teniente y profesor de la Academia de Infantería de Toledo, publicó un libro: -“Ultimas glorias de la Marina española” (1910)-.
Como Teniente Coronel, participó en la sublevación militar en defensa
de la República, ejerciendo como Comandante del Batallón de Montaña de
Garellano (17-18 de julio de 1936). Por Orden del Presidente del
Gobierno de Euszkadi y Consejero de Defensa –a propuesta del general en
jefe de los Ejércitos del Norte- fue nombrado Coronel (27 de noviembre
de 1936). Participó en los últimos momentos de la ofensiva sobre
Villarreal de Álava, sustituyendo a Cueto (10 de diciembre de 1936).
Estuvo al mando del Frente de Guipúzcoa –sectores de Lequeitio,
Marquina, Éibar, Elgueta y Elorrio- (principios de 1937). Como
comandante de la 2ª División vasca, participó activamente en la campana
de Vizcaya, donde tuvo una brillante actuación (finales de marzo de
1937). Tras la caída de Bilbao –19 de junio- es sustituido por Nino Nanetti;
de allí pasó a mandar los servicios de retaguardia y transporte.
Posteriormente fue nombrado Comandante del I Cuerpo de Ejército de
Euzkadi, puesto del que fue relevado por Adolfo Prada Vaquero
(finales de julio). Asimismo, participó en la batalla de Santander,
momento en el que ocupó cargos en la defensa de costas y de la propia
ciudad.
Viviendas en la calle san Roque, donde se ubicó el Alto Mando del XIX Cuerpo del Ejército republicano de Levante, que comandaba el Coronel don Joaquín Vidal Munárriz. |
Fue
nombrado Comandante del XIX Cuerpo de Ejército de Levante, asentándose
en Torrebaja, localidad del Rincón de Ademuz donde se ubicaba el Alto
Mando (15 de noviembre de 1937). Durante la batalla de Teruel participó
en la defensa del flanco oeste de la comarca. Le fue concedida la
Medalla al Valor (26 de junio de 1938). El final de la contienda le
cogió en Torrebaja, sin participar en más acciones militares dignas de
mención, si bien apoyó la sublevación de Segismundo Casado contra Negrín.[20]
En este punto se plantea la duda, acerca de la presunta pertenencia del
Coronel Vidal Munárriz al Partido Comunista –como se afirma arriba-; si
el militar se posicionó a favor de la sublevación de Casado resulta
poco creíble que fuera comunista, pues como se dice en la nota al pie,
“la mayoría de jefes del Ejército Popular Republicano” se adhirieron al
golpe, en contra del Presidente de Gobierno -Juan Negrín (1937-45)- y de los comunistas, lo que resultaría contradictorio si se hallaba afiliado al Partido Comunista.
En suma: al terminar la guerra el Coronel Vidal Muñárriz
fue apresado y juzgado por “traición” -no por "adhesión" a la rebelión,
como era lo habitual-; “el fiscal pidió la pena de muerte previa
degradación”. Presuntamente, un hermano suyo -el Coronel Enrique Vidal Munárriz,
compañero de promoción de Franco y gobernador militar en el País
Vasco-, intercedió para salvar su vida, sin conseguirlo, pues el 4 de
agosto de 1939 fue ejecutado en Bilbao mediante fusilamiento. Sirva el
presente artículo como homenaje a un hombre al que cabe calificar de
íntegro y valiente, que permaneció fiel a sus principios, incluso al
precio de su vida; a la vez que como expresión del desgarro y la
tragedia que supuso la Guerra Civil para los españoles. Vale.
© Alfredo SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
[2] MARTÍNEZ ARTOLA, Alberto. Joaquín Vidal Munárriz, militar navarro natural de Pamplona, en: http://www.euskomedia.org/aunamendi/142305
[3] VIDAL MUNÁRRIZ, Vidal. Últimas glorias de la Marina Española, Imprenta y Librería Militar de Viuda e Hijos de J. Peláez, Toledo, 1910.
[4] CANALES SERRANO, Antonio Francisco. La derecha en Barakaldo (1936-39), en: http://www.ezagutubarakaldo.net/es/2010/05/28/la-derecha-en-barakaldo-1936-1939/
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] Joaquín Vidal Munárriz,
http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Joaqu%C3%ADn_Vidal_Mun%C3%A1rriz&oldid=50533747
(consultado por última vez diciembre 13, 2011). La bibliografía y
referencias utilizadas por el artículo de la enciclopedia libre proceden
de: ENGEL, Carlos. Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República, Madrid, 1999.
[8] Tomado de:
[9] Ibídem.
[10] Ibídem.
[11] Ibídem.
[12] MARTÍNEZ BANDE, J M., La batalla de Teruel, Editorial San Martín, S. L., Madrid, 1990, p. 50-51. Vid SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo. Refugios antiaéreos en Torrebaja y otras noticias de la Guerra Civil (1936-39), en: Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2008, vol. II, p. 334.
[16] Ibídem.
[17] EGAÑA, Iñaki. Los crímenes del franquismo en Euskal Herría, 1936-1940,
p. 230. [Quiero aprovechar la cita para manifestar mi disconformidad
con el título de la presente obra, pues no pueden calificarse de
“crímenes” los ajusticiamientos franquistas de posguerra, sino de
represión política en su sentido más estricto. Sin duda, la posguerra
fue una continuación de la guerra y para comprender lo sucedido remito a
una frase del célebre dirigente socialista, Indalecio Prieto Tuero (Oviedo, 1883 - México, 1962), escritas en un diario madrileño al día siguiente del asesinato de Calvo Sotelo (1893-1936),
exhortando a la unión de la izquierda, y amenazando a la derecha con la
destrucción total. Dice literalmente: “ [Esto, se refiere al asesinato
del diputado monárquico, significa la guerra y] Será una batalla a muerte, porque cada uno de los bandos sabe que el adversario, si triunfa, no le dará cuartel” (El Liberal: 1936, 14). Vid PAYNE, Stanley G., El colapso de la República. Los orígenes de la guerra civil (1933-36),
Edita La esfera de los libros, 5ª edición, Madrid, 2005, pp. 491-492.
Respecto a la segunda parte del título “Euskal Herría”, sencillamente es
un concepto inexistente, sin más contenido que el que utópicamente
pretenden sus promotores; pues “Euskal Herría” no ha existido nunca como
reino, pueblo o nación: han existido y existen las provincias
vascongadas y por extensión el País Vasco, territorio de la actual
Comunidad Vasca].
[18] SADA, Javier. 1954: El “Desfile de la Victoria” en Donostia, en: http://www.diariovasco.com/20080410/san-sebastian/1954el-desfile-victoria-donostia-20080410.html
[19] Otras referencias a Enrique Vidal Munárriz pueden verse en: Diario ABC, miércoles 5 de junio de 1907, p. 5;Tomado de: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1907/06/05/005.html; Diario ABC, domingo 6 de junio de 1943, p. 18. Tomado de: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1943/06/06/018.html; Diario ABC, jueves 25 de julio de 1943, p. 18. Tomado de: http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1946/07/25/018.html.
[20] <El 4 de marzo de 1939 Casado, convencido que el Presidente del Gobierno Juan Negrín estaba planeando la toma final del poder por el PCE, condujo un golpe de estado contra el gobierno legítimo de la II República, contando con el apoyo de la facción moderada del Partido Socialista Obrero Español, liderada por Julián Besteiro (y opuesta a Negrín y al PCE), adhiriendo a su causa también a los desilusionados líderes anarquistas, así como a la mayoría de jefes del Ejército Popular Republicano.// Así, en la noche del 5 al 6 de marzo de 1939 Casado crea en Madrid el Consejo Nacional de Defensa.
El General José Miaja en Madrid se unió a la rebelión el 6 de marzo al
ordenar los arrestos de los militantes comunistas en la ciudad. Mientras
tanto en la localidad alicantina de Elda, Negrín, preparándose para huir con su gobierno a Francia, ordenó al oficial comunista Luis Barceló Jover, el comandante del Primer Cuerpo
del Ejército del Centro, el tratar de reconquistar el control de la
capital. Sus tropas entraron en Madrid y hubo un feroz combate por
varios días en la capital. Las tropas anarquistas dirigidas por Cipriano Mera consiguieron derrotar al Primer Cuerpo el 12 de marzo, que se rindió al saber que el gobierno y los líderes del PCE habían huido en avión a Francia, luego el comandante Barceló fue capturado y fusilado>. Tomado de: Segismundo Casado, http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Segismundo_Casado&oldid=50658377 (consultado por última vez diciembre 14, 2011).
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