NECROLÓGICA:
A
propósito del fallecimiento de un enamorado de la Historia
y las gentes del Rincón de Ademuz.
y las gentes del Rincón de Ademuz.
El pasado 9 de septiembre falleció
inesperadamente en Ademuz don Ángel Antón Andrés (Ademuz, 1926-2011), un
enamorado del Rincón de Ademuz, al que siempre recordaremos vinculado al Instituto
Cultural y de Estudios del Rincón de Ademuz (ICERA) y a la revista “Ababol”,
su órgano de expresión.
Mi conocimiento de su persona
data de los tiempos de la fundación del mencionado instituto y revista, a
principios de los noventa. Puntualmente me enviaba las actas de las reuniones,
para que estuviera informado de su gestación: por entonces tenía yo
responsabilidades en el Ayuntamiento de Torrebaja (1991-95), y me cabe el honor
de haber sido uno de los primeros municipios suscritos a la revista,
suscripción que creo todavía se mantiene o se mantenía hasta hace poco.
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Don Ángel poseía una enorme
personalidad y un carácter fuerte, lo que en ocasiones hacía su trato difícil.
Sin embargo, destacaba por su gran capacidad de trabajo, un enorme entusiasmo y
el amor desbordado por su tierra, Ademuz y su comarca, y las gentes que lo
habitan: prueba de ello está en sus escritos, en la firmeza y tesón con que
dirigió la revista y el instituto desde su creación. Su fuerte carácter, como
decía, le hizo tener desencuentros con varias personas, entre las que me hallo:
nuestras diferencias llegaron más allá de lo debido, pero supimos perdonarnos,
recuperar a tiempo nuestra amistad y profundizarla, porque el objetivo final de
ambos superaba las diferencias personales. De hecho, muchas veces me llamaba
desde Barcelona o Ademuz, para solicitarme artículos, fotos u opiniones
respecto a asuntos de interés común, lo que sirvió también para unirnos en lo
personal. En suma, era una gran persona, a la que simplemente había que saber
tratar...
Poseía un extenso currículo,
reflejo y expresión de su formación académica:
-Licenciado en Filología
Románica por la Universidad de Barcelona (1951);
-Catedrático de Institutos de
Enseñanza Media: Teruel (1954);
-Becado por el Ministerio de
Asuntos Exteriores (1955);
-Profesor de Español en el
Instituto de Intérpretes (Múnich, Alemania);
-Lector de Español en la
Universidad de la misma ciudad (1956-63).
Tras su reingreso a la
cátedra:
-Director del Instituto “Lorenzo
Hervás y Panduro” de Cuenca (1963-65);
-Lector de Español en la
Universidad de Göttingen-Alemania (1965-70);
-Doctor en Filología Hispánica
por la Universidad de Barcelona (1968);
-Profesor y Catedrático en la
Universidad de Gerona -Studium Generale- (1970-77);
-Director del Instituto
Español de Cultura (hoy, Cervantes) en Múnich (1983-91).
Ya jubilado como funcionario
del Estado (1991), fue fundador del Grupo de Trabajo, posteriormente Instituto
Cultural y de Estudios del Rincón de Ademuz (ICERA), del que fue elegido
presidente (1995) y director de la señalada revista “Ababol” hasta 2009, siendo
hasta su fallecimiento Director Honorario de la misma.
En relación con sus
responsabilidades en ICERA y “Ababol”, fundación y revista
de los que fue alma y soporte, viajaba continuamente de Barcelona a Ademuz,
pasando temporadas en uno y otro lugar, pero siempre cavilando en la
publicación y difusión de la revista, buscando textos y fotos, corrigiéndolos,
organizando actos, entrevistándose con los alcaldes comarcanos, en la Diputación
Provincial de Valencia, Consejería de Cultura de la Generalidad
Valenciana, interesándose por la edición de una página web del instituto y
la revista en internet (aunque todo esto de la informática le era ajeno, por su
edad, según sus propias palabras), buscando ponentes para las charlas,
etcétera, reflejo de su pasión por todo lo que se refería al Rincón de Ademuz.
Tuvo una jubilación larga,
apasionada y provechosa, como muchos la desearíamos para nosotros mismos. Pero
en los últimos tiempos comenzaron a fallarles las fuerzas, y él se daba cuenta
de ello. No obstante, se sentía enormemente orgulloso de que el Archivo
Histórico Provincial (Valencia) adquiriera la revista para sus fondos, como
ya lo hacía la Gran Biblioteca Valenciana de “San Miguel de los Reyes”.
Pero su gran preocupación era dar continuidad a su obra, instituto y revista,
hasta que finalmente lo consiguió y pudo aliviar su compromiso.
Hoy, en este obituario, hora
triste de las alabanzas, te deseo amigo Antón que puedas ver como tus esfuerzos
han dado su fruto, pues fuiste el germen y la levadura que ha hecho fermentar
en muchos rinconademucenses el amor al conocimiento de las cosas de esta
tierra, comenzando por la recopilación de su historia (en tanto instrumento
para comprender el pasado y proyectar el futuro), de sus leyendas, tradiciones
y costumbres, de su patrimonio histórico-artístico, y natural. Aunque en mínimo grado, personalmente me siento partícipe de tu
ingente labor, y aunque sea a título póstumo te hago saber mi aprecio y
admiración por tu generosa dedicación, pues el verdadero amor empieza por
estimular la enseñanza y el deseo de comprender lo que amamos. Descansa en paz,
estimado Ángel, y como diría el clásico, sit tibi terra levis, que la
tierra te sea leve... Amen.
© Alfredo
SÁNCHEZ GARZÓN.
De la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV).
ADENDA
El 3 de octubre de 2015, con motivo del cuarto aniversario del fallecimiento de don Ángel Antón Andrés, el Instituto Cultura y de Estudios del Rincón de Ademuz (ICERA), colocó en la fachada de su casa natal –calle Muro de Ademuz (Valencia)- un plafón cerámico en recuerdo y homenaje a su labor.
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