lunes, 17 de octubre de 2011

DON BLAS MAÑES PALOMAR, CURA PÁRROCO DE ADEMUZ (VALENCIA) EN LA CAUSA GENERAL.

 A propósito de la publicación de las Actas del 
I Simposio Comarcal de Ademuz, 
que tuvo lugar los días 25, 26 y 27 de julio de 2008.



Hace unos días recibí una llamada telefónica de Joseph Montesinos i Martínez, del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valencia, anunciándome que por fin se habían publicado, on line, las actas del I Simposio “La Cruz de los Tres Reinos”, congreso que tuvo lugar los días 25, 26 y 27 de julio de 2008 en Ademuz, patrocinado por la Universidad de Valencia, la de Castilla-La Mancha, el Campus de Cuenca, la Diputación Provincial de Valencia, la Asociación “Amigos de Moya”, el Ayuntamiento de Ademuz y el Instituto Cultural y de Estudios del Rincón de Ademuz (ICERA). La Coordinación de la publicación ha estado a cargo de Carmen Poyato Holgado (Decana de la Facultad de Humanidades UCLM) y el mencionado Josep Montesinos i Martínez (de la Universitat de València). La edición, sin embargo, ha sido por cuenta del departamento de publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.[1]



Don Blas Mañes Palomar (Alcublas, 1869-La Huérguina, 1936). [La presente fotografía se halla en la Sacristía de la iglesia arciprestal de San Pedro y San Pablo de Ademuz (Valencia), y puede ser reproducida libremente (sin modificiaciones y por cualquier medio) para ilustrar la biografía de la persona que representa, indicando siempre la referencia: SÁNCHEZ GARZÓN, Alfredo (2009). Anexo a la investigación relativa a don Blas Mañes Palomar, cura párroco y arcipreste de Ademuz, en Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, p. 40].

Tuve el honor de participar en aquel congreso, realizando una Comunicación bajo el título: “Don Blas Mañes Palomar, cura párroco y arcipreste de Ademuz, asesinado [1936, agosto 14].[2] Los presentes a dicho acto recordarán que mi exposición no estuvo exenta de polémica, pues algunos de los asistentes negaban el martirio del sacerdote, mientras que otros pretendían justificarlo, argumentando que durante la guerra “algunos curas habían participado en la denuncia de sindicalistas, para que los fascistas los mataran” (sic). Uno llegó a decir que no le habían gustado las palabras con que introduje mi exposición, donde hacía una cita evangélica: “Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo” (Mateo 5, 1-12).
Cabe decir, sin embargo, que don Blas Mañes Palomar (1869-1936), con independencia de otras virtudes personales, estuvo al servicio de la parroquia y feligresía de Ademuz durante más de tres décadas, que era un hombre de Dios absolutamente entregado a los demás, y que su muerte lo convierte en paradigma de los casi siete millares de personas consagradas asesinadas durante la Guerra Civil española (1936-39), curas, frailes y monjas octogenarios, incluidos seminaristas adolescentes. Ni la cifra es baladí ni el asunto puede tomarse a broma..., pues es un hecho histórico constatado. Negarlo tiene la misma condición moral que negar el holocausto nazi... Sencillamente, aquello fue un genocidio religioso programado (además de un holocausto patrimonial sin precedentes), con el propósito de erradicar la religión de la vida pública, olvidando que el cristianismo constituye una de las bases de la civilización occidental, junto con Grecia (de donde toma la filosofía) y Roma (de donde toma el derecho), hasta el punto de que sin el cristianismo Europa (su arte, su ciencia y su tecnología) no sería lo que es y ha sido. De hecho, si Europa se descristianiza dejará de ser Europa...
  • 1) Mi Comunicación en el Simposio de referencia fue publicada a posteriori en la segunda parte de la serie “Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz” (Valencia, 2008). Dicho trabajo se basa en el testimonio de varias personas que conocieron del asunto, por ellos mismos o por sus familiares directos. Utilizando la información proporcionada construí una hipótesis, para explicar lo sucedido con el sacerdote. Parece que el clérigo, pese a los consejos en contra, huyó de Ademuz, siguiendo aguas arriba del Turia, pero fue detenido frente a Torrebaja, en la partida conocida como “Los Terreros”, término de Ademuz. De allí le llevaron al Comité de Torrebaja, donde fue visto por diversas personas. Aparentemente, el sacerdote fue llevado desde Torrebaja hasta la población de La Huérguina (Cuenca), donde fue asesinado en la noche del 14 de agosto de 1936.[3]

  • 2) Posteriores indagaciones me hicieron rectificar la hipótesis inicial, algo muy habitual en ciencia, y por ende en historia, obligándome a ampliar la base de la hipótesis inicial para construir otra. Los nuevos testimonios indicaban que el sacerdote no fue llevado desde Torrebaja hasta el lugar de su martirio directamente, sino que los responsables políticos de Torrebaja avisaron a los del Comité de Ademuz, que subieron a buscarle a Torrebaja y se lo bajaron a su villa: allí fue entregado a sus familiares en el “cerrado de don Jesús” –se refiere a don Jesús Eced Carreras-, con el apercibimiento de que no saliera de casa. Otra declarante, cuyo abuelo era por entonces alguacil del Ayuntamiento de Ademuz, dice también que don Blas estuvo preso en el calabozo de Ademuz. Asimismo, el primer declarante dice que al sacerdote se lo llevaron de Ademuz en un camión, y que en el vehículo montó un vecino que dijo bajarse en Salinas del Manzano (Cuenca), antes de llegar a La Huérguina. Dados los datos de la presente investigación tuve que construir una segunda hipótesis: don Blas huyó de Ademuz pero fue detenido en la ribera del Turia, frente a Torrebaja, desde donde fue llevado de nuevo a Ademuz por miembros del Comité y entregado a los familiares. Sin embargo, también estuvo encerrado en el calabozo, de donde fue sacado y conducido a su martirio en un camión.[4]

  • 3) No obstante, la explicación definitiva la obtuve buscando en los documentos de la Causa General (1940-46), donde encontré la declaración de su sobrina, señora María Mañes Silvestre, la cual aporta el resto de datos que nos permiten saber con mayor certeza lo sucedido. Según la deponente, su tío fue detenido el día 7 de agosto de 1936, por el alcalde y el presidente del Comité de Ademuz. Según el testimonio, “se lo llevaron y lo asesinaron”, haciendo responsables materiales de la muerte a “el Chileno y cuatro más, que no conoce”... El relato recoge el nombre, apellidos y apodos de varios vecinos más de Ademuz, a los que hace responsables de lo sucedido.[5]

Lápida de don Blas Mañes Palomar en el cementerio de Ademuz (Valencia).

Los datos de la última pesquisa nos permiten construir una hipótesis definitiva, por el momento: don Blas Mañes Palomar huyó de Ademuz a finales de julio, pero fue detenido frente a Torrebaja, desde donde fue conducido a esta población. Los responsables políticos de Torrebaja avisaron a los de Ademuz, que se lo bajaron a su localidad, para entregarlo a sus familiares. Sin embargo, el día 7 de agosto fue detenido y encerrado en el calabozo, donde pudo estar una semana, pues el día 14 de agosto lo sacaron y lo llevaron hasta la localidad de La Huérguina, para ser asesinado en la partida de “El Mojón” de aquel término. Su cuerpo muerto fue hallado a la mañana siguiente, por un joven de la localidad que iba a acarrear... Fue enterrado en el mismo lugar donde fue muerto, y allí permaneció durante toda la guerra: tras la contienda, los familiares subieron por los restos en un camión, y se los bajaron a Ademuz, en cuyo cementerio fue definitivamente inhumado. En el lugar de su martirio y primer enterramiento colocaron una cruz, que estuvo allí muchos años...

Respecto al destino de las personas relacionadas con el caso y citadas por los declarantes:
  • Antonio Antón Yuste, de filiación socialista (PSOE), figura como Presidente del primer Ayuntamiento o Comisión Gestora que se organizó en Ademuz en los primeros días de la revolución y Guerra Civil, cesando como tal el 27 de noviembre de 1937. Estuvo detenido en la prisión de “San Miguel de los Reyes” (Valencia).
  • José Pérez Luz, de 33 años, jornalero, casado y de filiación anarquista (CNT), Presidente del Comité revolucionario que se constituyó en la Villa el 11 de agosto de 1936. Fusilado en Paterna (Valencia), el 5 de febrero de 1943.
  • El tal “Castillejos”, que se montó en el camión donde llevaban a don Blas, y que presuntamente se bajó en Salinas del Manzano, puede ser Julián Castillejos Hernández, de 27 años, natural de Ademuz. Fusilado en Paterna (Valencia), el 9 de noviembre de 1939, y posteriormente indultado.
  • Honorio Mañas Millán (a) Comadrón, fue vocal del Comité de Ademuz y pertenecía a Izquierda Republicana (IR). Estuvo detenido en la “Prisión Celular” o Cárcel Modelo (Valencia).
  • Dámaso Aparicio González, sin cargo político conocido, aparece implicado en amenazas al sacerdote, y en incautaciones y requisas a vecinos de Ademuz.
  • El apodado “Chileno”, se desconoce el nombre y su filiación, pero se sabe que “fue ejecutado por los rojos por ladrón”.
  • Respecto de Domingo Hernández Cortés, también mencionado en los documentos, no hay datos.

En suma: el asesinato del párroco y arcipreste de Ademuz (Valencia), don Blas Mañez Palomar, sacerdote natural de Alcublas (Valencia), de 68 años, que tuvo lugar el 14 de agosto de 1936 en la partida de “El Mojón”, término de La Huérguina (Cuenca), constituye un caso más del genocidio religioso llevado a cabo en la retaguardia de la zona controlada por el Gobierno del Frente Popular o “republicano” durante la revolución y Guerra Civil (1936-39).
 

 BIBLIOGRAFÍA:
[2] Relación de textos, correspondientes a las Actas del Congreso: Vid
[3] SÁNCHEZ GARZÓN, A., Del paisaje, alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2008, vol. II, pp. 41-60.
[4] SÁNCHEZ GARZÓN (2009), vol. III, pp. 41-48.
[5] ISÁNCHEZ GARZÓN (2011), vol. IV, pp. 83-90.



Cartel del I Simposio "La Cruz de los Tres Reinos", donde se expuso la Comunicación de referencia sobre la vida y muerte del arcipreste de Ademuz (Valencia).

4 comentarios:

  1. Soy sobrina del difunto Sr. JULIAN CASTILLEJO HERNANDEZ.Después de llegar a mi conocimiento q se esta dibulgando como presunto asesino del cura Don Blas a mi tío Julián y debido a que es totalmente FALSO, pues en esas fechas el no se encontraba en esa zona pues marcho voluntario a la Columna de hierro.siempre se comento en casa que le acumularon esta muerte para fusilarlo sin causa,como se hizo después de la guerra,con muchos represaliados del bando republicano. Me duele profundamente ver su nombre acusado falsamente, sobretodo por la memoria de su difunta viuda.y sobretodo sin un juicio justo, en el cual el no se pudo defender.Tengo que decir que pasados unos tres meses se recibió en el ayuntamiento de Ademuz el INDULTO,ya era demasiado tarde,a mi tío lo fusilaron sin un juicio justo el dia 5 de noviembre de 1939 en Paterna.En su memoria y para que coste mi total indignación ,espero sea leído y poder restaurar su memoria





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  2. Agradezco infinitamente su nota, pues contribuye a aclarar los hechos vinculados con el asesinato de don Blas Mañes Palomar. El autor no acusa a nadie, tan solo estudia los documentos y extrae conclusiones de los mismos. El tío de usted, señor Julián Castillejo Hernández figura en una lista de personas fusiladas de Ademuz en la posguerra, y entre los testimonios recogidos sobre el asesinato del párroco figura un tal "Castillejo" o "Castillejos", el cual “se montó en el mismo camión en el que llevaban al sacerdote, y que presuntamente se bajó en Salinas del Manzano”, la conclusión es lógica, aunque siempre a título de presunción. Prueba de la inocencia del tío de usted fue el indulto que le dieron, aunque lamentablemente llegó tarde para él. Ciertamente, su tío no debió tener un juicio justo, si es que tuvo alguno (en todo caso sería un juicio sumario, con escasas garantías), porque las circunstancias que le tocaron vivir fueron difíciles y complejas. Prueba de ellos es lo que le sucedió. El párroco de Ademuz tampoco debió tener un juicio justo: ambos fueron víctimas de aquellos tiempos aciagos. Gracias por su contribución, y reciba un cordial saludo.-

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  3. Agradezco su pronta contestación y de alguna manera la aclaracion de esos lamentables hechos.Un saludo

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